NIÑO, DEJA YA DE JODER…

viernes, 13 de agosto de 2010

Me decía una ex futura suegra, “lo mucho es mucho” y como suele suceder con las suegras, se equivocaba, por lo menos en relación a los niños, porque cuando ellos están en juego nunca hay demasiado. Esta sociedad desde su discurso ha legitimado cuanta convención y tratado internacional se ha dictados en procura de proteger y promover sus derechos, sin embargo muy lejos de las palabras del “deber Ser” Kantiano, en la mas cruda realidades los niños son objeto de todos los males, por eso, todo muy bien pero niño, deja ya de joder….

Cierto es que ningún niño nace feo, chorro, abusador, adicto, estafador, cruel o depravado. Pero si puede nacer, desnutrido, abusado, marginado o segregado. El mundo que lo rodea se encargará de etiquetarlo, clasificarlo y encausarlo de tal manera que joda lo menos posible. Serán el patrimonio, el capital o el recurso, de un futuro tan incierto como este presente donde la crueldad y la liquidez de la banalizacion de la vida, nos deja a cada paso un sabor amargo; por la impotencia que vemos en las instituciones que supimos conseguir para cumplir con aquellos nobles objetivos que se propusieron quienes las imaginaron algún día.

Los niños joden, la conciencia, la paciencia, la libertad y el patrimonio; nos quitan paz, esfuerzo, compromiso y bienes materiales, pero a la vez nos devuelven a la vida con un sentido nuevo y esperanzador. Sin niños no hay futuro, ni por venir solo historias viejas y repetidas donde todo se agota y se termina.

La sociedad que bien lo sabe, vive de manera esquizofrénica, vocifera a los cuatro vientos que son los únicos privilegiados, pero si andan armados o nos quitan algo, o si se drogan y están en la calle o viven haciendo bardo entonces, son los niños de los otros y automáticamente pierden todos sus privilegios, entonces son duramente castigados porque desoyen el orden social instituido, enfrentan la cultura del control, poniéndonos de frente a un dilema de muy comprometida resolución, que como sociedad evitamos debatir de manera adulta y responsable. Protección, resguardo, seguridad por un lado y derechos, promoción, dignidad y fundamentalmente libertad por el otro.

Ante la falta de un análisis serio de esta realidad inédita, quien tiene el monopolio de la fuerza repite comportamientos que forman parte de una cultura represora e individualista que heredamos de un pasado dictatorial y militarista o lo que es aún peor, se dejan llevar por las sensaciones impuestas desde los medios electrónicos que perforan la sensibilidad de la mayoría de los desprevenidos, “la delincuencia juvenil” metiendo mano dura, para tranquilidad de aquellos que están convencidos de que la “letra con sangre entra”.

Es necesario contrarrestar estos abusos y evitar que nuestros niños sean tomados como carne de cañón o nueva mano de obra desocupada de la delincuencia organizada –nadie con un criterio sólido puede pensar que un joven de veinte años o una joven de diecinueve pueden ser los cerebros de robos a bancos, incluso de tomar gran cantidad de rehenes y negociar condiciones, entre otras prácticas propias de individuos que tienen amplia experiencia en el ambiente delictivo, o prostituirse solo por los supuestos beneficios económicos que les genera vender su propio cuerpo- atrás, fuera de las cámaras de los noticieros y de los discursos de las autoridades hay un submundo que muy pocas veces sale a la luz y sigue operando desde las sombras del poder.

A estas situaciones se llega luego de haberse transitado años de una niñez abusada, desprotegida y segregada enmarcada en prácticas retrogradas y perimidas. A fin de contra restar esta realidad desde el Consejo Local de Promoción y Protección de los derechos de los Niños, Niñas y Jóvenes de Mar del Plata, en los últimos días se han formulado una serie de recomendaciones a los organismos de seguridad, administrativos y judiciales para que se abstengan de realizar acciones discrecionales como las llamadas doble “A” averiguaciones de antecedentes o prácticas como la “entrega de menor”, o la aprehensión y detención por supuestas razones asistenciales, sin que exista la comisión de un delito o el alojamiento de niños en comisarías, la formación de legajos o registros fotográficos en sede policial, las costumbres de interrogarlos o dejar constancias de manifestaciones de los niños, sin la inmediata intervención de responsables del fuero de responsabilidad penal juvenil, fundamentalmente de sus defensores y/o de los organismos de promoción y protección de la niñez según las circunstancias.

“No debe andar la vida recién nacida presa”, decía Don Armando Tejada Gomez, detrás de cada acto punible supuestamente cometido por un niño, niña o joven hay una cuestión social, un derecho vulnerado, una asignatura pendiente y resulta un reduccionismo inadmisible analizar solo el acto sin entender el contexto en el que se suceden esos hechos que nos preocupan y nos indignan.

Democratizar las instituciones es una acción militante que debemos encarnar desde cada lugar que nos toca, si es que pretendemos vivir en una sociedad que tenga por principio fundacional la felicidad del pueblo, el desarrollo de una nueva cultura de integración y fundamentalmente la protección de nuestro mayor tesoro nuestros niños.

Luis Gerardo Del Giovannino, integrante del Consejo Municipal de Promoción y Protección de los derechos de niños, niñas y jóvenes.- Julio de 2010.-

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