CUANDO EL ESTADO DELINQUE… ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?

viernes, 20 de mayo de 2011



Seguro les habrá pasado a muchos, yo lo escribo y lo cuento por motivos terapéuticos, para sacarme la indignación o al menos compartirla con quien se cruce con estas líneas. Es que me he topado con un estado delincuente, que no solo, no protege los derechos que proclama sino que se dedica a recaudar extorsionando el pago arbitrario de supuestas multas de transito.

El invento de “pago voluntario” impide que el infractor pueda efectuar su descargo ante un ente “jurisdiccional administrativo” Juez del Juzgado administrativo de infracciones de tránsito provincial, ubicado en la calle 25 de mayo 3725 de Mar del Plata, el que merece un párrafo aparte. Es decir, que si uno quiere discutir las razones por las que fue infraccionado pierde la oportunidad de abonar solo el 50% de la multa, así se lo explican con cara de nada unas niñas muy bien  adiestradas en el mostrador de entrada, primera ilegalidad manifiesta porque censura el derecho de defensa garantizado  para todos por nuestra Constitución Nacional en su art. 18.Si querés protestar paga”.

Determinadas infracciones, en mi caso la falta de VTV, permiten que el agente de tránsito te retenga la licencia de conducir  hasta tanto no abandones la multa, cuestión que si se analiza resulta muy curiosa porque lo que está en infracción es el rodado y no su conductor, por lo que debería secuestrarse el vehículo, no apto para transitar y generar la posibilidad de realizar la verificación vehicular forzosa, para luego devolver el rodado a su dueño previo pago de la multa y honorarios del taller verificador. Como todo esto resulta de imposible cumplimiento  por la falta de infraestructura y verdadera voluntad política de ordenar y proteger el tránsito, se opta por lo más fácil  y más rentable, se le retira la licencia de conductor, se le entrega un papelito para que pueda conducir  por 30 días en el territorio provincial – no es válido en otros distritos-  y alegremente  se le permite que siga circulando, sin verificación, es decir sin condiciones  para circula. Esta acción  constituye la segunda ilegalidad aún mayor ya que no solo no se protege la seguridad vial, sino que además la acción de retener la documentación  personal hasta el pago de la multa, encuentra bastante similitud con la acción tipificada en el código penal como delito de “extorsión”.

La retención de documentación  personal es muy delicada, mucho más si no hay justificación  para hacerlo, es decir, no se conducía en estado de ebriedad, ni a alta velocidad, ni en condiciones de inseguridad – sin cinturón o hablando por celular- sólo el rodado  modelo 2008, tenía vencida la VTV por tres meses. Reitero solo el vehiculo se encontraba en infracción pero no su conductor, que como consecuencia de la retención del carnet se le impide manejar otros rodados e incluso manejar fuera  de la Provincia de Buenos Aires, con lo cual también se infringe el articulo 14 de la Constitución que promueve la libre circulación.

Lo que resulto más curioso en estas circunstancias fue lo afirmado por un funcionario del “seudo” Tribunal que para mi sorpresa ni siquiera era empleado de la administración pública, me confesó su condición  de contratado y que si no cumplía  con lo que le ordenaban al fin del contrato sería desplazado. El mismo empleado público en negro – marche  un inspector del Ministerio de Trabajo allí-  me reservo su identidad por aquello de: “se dice el pecado y no el pecador”, intentando dar respuesta lógica y creíble a mis reclamos calificó cada una de las arbitrariedades aquí denunciadas y se disculpó muy especialmente de que la jueza no me pudiera recibir, cabe acotar que en mi condición de abogado la ley de ejercicio profesional obliga a que todos los magistrados a recibirnos en sus despachos, salvo claro la Dra. Mariel Grollet, que evidentemente estaba muy ocupada tratando de justificar como luce el cargo de jueza provincial  sin haber pasado  por el Consejo de la Magistratura ni tener acuerdo del Senado, en mi barrio se diría que es un Juez trucho, pero no es cuestión de estar menospreciando a Vuestra Señoría que lamentablemente no tengo el gusto de conocer.

“La injusticia es tan manifiesta, me decía el funcionario que, a ese boxeador que atropelló a una mujer embarazada y la mató en pleno centro de la ciudad de Mar del Plata, conduciendo a alta velocidad, presuntamente alcoholizado o drogado y cruzando un semáforo en rojo nadie se animo a retenerle el registro y hasta que se dicte la sentencia puede seguir circulando sin inconvenientes”. Y a mí que iba con el cinturón de seguridad, en pleno estado de lucidez, las luces encendidas, manejando  a la velocidad permitida por la autovía 2  y sin haber atropellado a nadie, me retienen la  licencia hasta que pague una multa solo porque el rodado no tenía la VTV al día. Sin ánimo de comparar, es cierto que yo no tengo ni el cross de derecha de ese señor, ni su lujosa 4x4, el mismo funcionario me daba la respuesta “es un despropósito”, pero no puedo hacer nada porque sino a mí también me echan, si le parece haga alguna presentación  judicial para que se terminen con estas arbitrariedades.

Le agradecí los servicios prestados y la deferencia de haberse dignado a recibir a este pobre letrado infractor, mientras me alejaba, con la sensación  de que nunca nadie me había atendido tan bien. Pensé qué suerte la mía, que no tengo  que ponerme ningún parche de pirata institucional, en otras épocas se los denominaba corsarios a aquellos que recaudaban para la corona, para ganare la vida. Un tiempo después como buen ciudadano que soy, pague la multa voluntaria y recuperé el carnet, no fuera  cuestión de que mi foto  ande dando vueltas por cajones públicos esperando que se cumpla la extorsión, igual como ven no puedo con mi genio y ésta indignación merecía ser compartida.

Dr. Luis Gerardo Delgiovannino
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Cayó el fomentista acusado de crímenes de lesa humanidad

domingo, 15 de mayo de 2011

El represor de la Base Naval local durante la última dictadura cívico militar, José Francisco Bujedo, fue detenido ayer a la madrugada acusado de crímenes de lesa humanidad. El ex arbitro de fútbol y actual fomentista, se negó a declarar ante el juez Rodolfo Pradas y permanecerá alojado en un calabozo de la Policía Federal hasta que se resuelva su situación procesal.

Bujedo está imputado en la causa en que se investigan los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención (CCD) que funcionó en la Base Naval durante la última dictadura. En aquel entonces, el actual fomentista de 76 años, formaba parte de los grupos de tareas encargados de realizar inteligencia sobre militantes políticos y luego secuestrarlos.

Hasta el momento a Bujedo se le imputa la privación ilegal de la libertad agravada y los tormentos agravados sufridos por Edgardo Gabbín, ex militante del Peronismo de Base (PB) secuestrado el 11 de enero de 1977 y liberado un año después, luego de atravesar un suplicio que lo llevó por distintas mazmorras: de Mar del Plata a Buenos Aires y de allí a un barco infectado de ratas en Puerto Belgrano.

El fiscal Daniel Adler había solicitado la detención de Bujedo en 2009, pero se concretó ayer a la madrugada cuando un grupo de la Policía Federal llegó hasta la casa del ex árbitro para detenerlo. Horas más tarde, alrededor de las 15, fue llevado hasta el juzgado federal Nº 3 para ser indagado por el juez Pradas.

El marino retirado escuchó las imputaciones y prefirió guardar silencio. Al rato regresó al calabozo de la delegación de la Policía Federal donde permanecerá hasta que se resuelva su situación procesal.

El juez informó que decidió detener a Bujedo luego de escuchar la declaración pormenorizada que Gabbín brindó el jueves pasado. Pradas detalló que el testimonio de la víctima y una documentación enviada por el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor de la Armada fueron fundamentales para poner al marino tras las rejas.



Represores de negro
en la foto Bujedo con la pelota y Angel Racedo por detras, ambos del SIN














Se trata de José Francisco Bujedo integrante de los grupos de tareas de la Marina y ex árbitro del fútbol local. Está acusado del secuestro y los tormentos sufridos por un militante peronista en enero de 1977


Hasta ayer a la madrugada cuando se vio dentro de un calabozo, Bujedo había gozado de una total impunidad. Quien supo ser uno de los mejores árbitros del fútbol local, fue también empleado del Ente Municipal de Deportes (Emder) durante la administración de Eduardo Benedetti en el gobierno de Daniel Katz(actual diputado nacional).

Su cercanía con la función pública le permitió publicar “Aprendiendo de Fútbol”, un cuadernillo de 28 páginas en el que volcó su experiencia como referí. También transmitió sus saberes en la escuela de árbitros local.

El arbitraje fue una pasión temprana. Incluso durante sus años en la Armada , siempre contó con el permiso para poder dirigir los fines de semana. Su jefe directo, dentro de la estructura represiva del Terrorismo de Estado, Ángel Narciso Racedo –“comisario Pepe” en las noches de cacería-, compartía su misma afición por el referato. Pero en la cancha se invertían los roles: Racedo asistía desde la línea y Bujedo imponía la autoridad.

En uno de esos partidos que solían dirigir se encontraron con su víctima. Edgardo Gabbín había desertado del servicio militar que cumplía en la Base Naval y había decidido volver a jugar al fútbol en Nación. El 10 de enero de 1977 se encontró con los árbitros/represores. Al día siguiente lo citaron en una vivienda del barrio San Carlos porque supuestamente iban a solucionar su problema con la ley por haber escapado a la colimba.

Bujedo y Racedo lo llevaron a la Escuela de suboficiales de Infantería de Marina, uno de los CCD que administraba la Armada. Pero al no haber lugar para un nuevo detenido, lo dejaron en la Base Naval. A partir de ese día, Gabbín comenzó un derrotero que lo puso al borde la locura: cautivo en el camarote de un barco en Puerto Belgrano pensó en quitarse la vida para terminar con el suplicio.

En febrero de 1978, Gabbín fue custodiado hasta la terminal de ómnibus de Bahía Blanca: quedaba en libertad. Lo primero que vio al llegar a Mar del Plata fue el rostro de José Francisco Bujedo. El árbitro le advirtió que no apareciera nunca más por Batán y que lo iban a estar vigilando.

En democracia, Bujedo continuó con el arbitraje y se interesó por el fomentismo. Fue presidente de la sociedad de fomento del barrio San Carlos en los noventa. Cuando se dio a conocer su pasado como integrante de la represión estatal, abandonó el cargo publico, pero siguió en la actividad.

En 1997, como vecinalista Bujedo tuvo acceso a la banca 25 en el Concejo Deliberante. Allí expuso su parecer sobre la erradicación de la “Villa de Paso”, caserío precario en medio del barrio San Carlos. En 2007 fue vicepresidente de la Casa del Fomentista, organización que nucleaba a fomentistas de la ciudad. Hasta hace pocos días, una radio FM le había dado horas de programación para que pudiera hacer su programa sobre fútbol infantil.

Para Gabbín, la vida en democracia no fue tan sencilla, la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA) aún lo tenía en sus archivos. Un informe de 1987 lo sindicaba, todavía, como un delincuente subversivo.
Cuando Ángel Racedo fue detenido en agosto de 2008, Bujedo supo que tarde o temprano llegaría su turno. El “escrache” realizado el mes pasado por organismos de derechos humanos fue la última señal. Después de 34 años tiene que rendir cuentas con la justicia.





Marcelo Nuñez
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